EL AMOR: UN LARGO PASEO HASTA SIEMPRE
En
su célebre La llama doble, Paz (1993)
definió el amor como: “atracción involuntaria hacia una persona y voluntaria
aceptación de esa atracción” (p.125). Así
también parece concebirlo el escritor norteamericano Kurt Vonnegut en su cuento Un
largo paseo hasta siempre, narrativa
a través de la cual nos introduce y
guía por el universal tema del amor, utilizando para ello la personalidad introvertida y enigmática del
joven Newt, héroe “existencialista” decidido a modificar el curso de su destino
amoroso.
Que
un hombre luche denodadamente por conquistar a la mujer amada —estando ella comprometida— no es en
sí misma una temática original, pero que quien lo haga sea un joven
esencialmente tímido y oscuro, sí que lo es. Al dibujarnos un Newt decidido a
desertar del ejército para realizar su
definitoria apuesta de amor por Catherine, el autor se muestra pleno conocedor
de la naturaleza humana, dueño de la capacidad para revelarnos literariamente
que el amor es una ley cósmica,
metafísica pura, fuerza avasalladora que desde una perspectiva schopenhaueriana
no se detiene nunca a considerar convencionalismos sociales ni moralidad alguna.
¡Qué importa Henry Stewart Chasens, un banquete o la ignominia social cuando el
amor todo lo exige!
Así, Vonnegut no sólo se manifiesta maestro de
la técnica del diálogo, sino conocedor de los secretos más recónditos del
espíritu humano. Un momento clave de la lectura fundamenta la opinión anterior;
cuando el omnisciente narrador determina en las siguientes líneas el inevitable curso de la historia:
—Si te amara, te lo habría hecho
saber antes.
—¿Lo habrías hecho?
—Sí —y volviéndose hacia él, lo miró, el rostro
completamente enrojecido—. Lo
abrías sabido.
—¿Cómo?
—Lo habrías visto. Las mujeres no
somos muy duchas en ocultar eso.
Newt se puso en ese momento a
observar de cerca el rostro de Catherine. Para consternación de la chica, lo que había
dicho era cierto: una mujer no sabe cómo ocultar su amor. Y Newt estaba viendo en ese momento
amor. Y entonces hizo lo que tenía que hacer. La besó. (pág. 119)
Sin
duda, ir de paseo por la obra de Vonnegut nos tiene reservado un encuentro con
la espontaneidad, el cual no podemos vedarnos. Escritor delicadamente irónico,
superficialmente profundo, su lectura nos remonta a la ilusión y la esperanza,
esas dos joyas desconocidas para la mayoría de nuestros jóvenes. Para este
olvidado y potencial sector de lectores lo recomiendo.
Lic. Catarino Gutiérrez Bautista
Referencias
Paz,
O. (1993). La llama doble: Amor y
erotismo. D.F., México: Planeta
Vonnegut,
K. (2001). Un largo paseo hasta siempre. En Lavín, M. (Ed.), Leo, luego escribo (pp.115-123). D.F., México:
Lectorum
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.